martes, 20 de septiembre de 2016

Fortaleza de San Leonardo

La fortaleza abaluartada está situada en un pequeño altozano a las afueras del pueblo soriano de San Leonardo de Yagüe, puede pasar totalmente desapercibida aun estando en el pueblo, pues las casas y pisos nos impiden su visión.






Construido en el siglo XVI por Juan Manrique de Lara, nacido en una familia acomodada, es el segundo hijo de los duques de Najera. Curioso personaje este que a lo largo de su vida ocupó altos cargos, siendo el de mayor relevancia el de virrey  de Nápoles. Cargo que ocupó en 1558.




Casado en segundas nupcias con Ana Fajardo en 1561, compro a Felipe II en 1563 la villa de San Leonardo y otras aldeas y villas pinariegas que el monarca había cambiado a los monjes de San Pedro de Arlanza para que Juan Manrique de Lara fundara su mayorazgo.




El rey mismo autorizó la construcción de la fortaleza-palacio en 1564. La edificación comenzó de inmediato pero Ana fajardo no llegó a disfrutar de ella pues murió el año de 1567 y su marido, Juan Manrique de Lara tampoco, este falleció el 1570, aun sin concluir las obras.




Fue su hijo, Antonio Manrique de Lara y Fajardo quien terminó la obra.




No parece este un lugar estratégico para la defensa de un hipotético ataque o invasión, en esta época solo podía llegar de Francia.



Esta fortaleza-palacio fue el lugar elegido por Juan Manrique de Lara como retiro, un lugar  digno de tal personaje.



¿Capricho, o alarde de prepotencia?
El exterior es una fortaleza abaluartada, como mandan los cánones, provista de piezas de artillería que  él mismo diseñaba.



El interior fue el palacio de un virrey, como tal, ornamentado con mármoles, jaspes de sus canteras de Espejón, muebles de ébano importados de Flandes y Alemania y las paredes ornamentadas con tapices flamencos y pinturas italianas.



Cuesta creer todo esto viendo el estado de las ruinas. En el exterior, aunque faltan muchas piedras, usadas si duda para la construcción de viviendas en el pueblo a lo largo de los siglos, aun nos podemos hacer una idea de su gallardía y robustez. Pero en su interior no queda nada, absolutamente nada.

Chimenea 

¿Recuperará algún día su esplendor? Posiblemente nunca. Desengañémonos esto es España, un país con un patrimonio magnifico pero que poco nos importa lo que pueda pasar con él. En cualquier país de occidente, entre los que nos creemos incluidos, miman, cuidan su patrimonio y presumen de él, como no puede ser de otra manera.

  



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