jueves, 17 de enero de 2013

SOLSTICIO DE INVIERNO

Por fin llegó tan esperada fecha. Después de haber estado en el solsticio de verano y ver como el sol penetraba en una grieta vertical de una gran roca en el mediodía solar, me quedaba volver en el solsticio de invierno y ver si ocurría algo en la forma de incidir los rayos solares sobre los menhires o sus sombras.
Y allí me encontraba yo, la mañana era soleada y clara, lo que me dio pie a pensar que iba a ver el fenómeno con total claridad, si es que se producía alguno, claro.
Como era pronto aún, comencé a observar la forma de incidir los rayos de sol sobre los menhires y el posible recorrido de las sombras, pero no veía nada digno de reseñar, el tiempo fue pasando a la par que aumentaba mi decepción.
En unas rocas, precisamente en la que entra el sol en el solsticio de verano, me encontré con dos huecos excavados en ellas en forma de cuencos. Posiblemente utilizados en algún ritual.
El primer cuenco, tiene aproximadamente 20 cm. de diámetro y lo mismo de profundidad. El segundo es mayor, tiene casi medio metro de diámetro y una profundidad de 30 cm. Aunque como se aprecia en la fotografía está abierto de arriba-abajo.
El tiempo fue pasando, y no veía nada que me llamara la atención, con lo que después de una hora abandoné el lugar muy contrariado.
¡ Si me encontraba ante un gigantesco reloj solar, que marcaba con precisión el inicio del verano, tenía que haber algún indicio que indicara de alguna manera el comienzo del invierno!
 Profundamente decepcionado regresé al pueblo.
Por la tarde, olvidado el fracaso de la mañana, charlaba con un abuelo a la puerta de su casa, y así como que no quiere la cosa se dejó caer... -Juan Manuel ¿ no te acercas a ver la puesta de sol a "Peñas Lenguas"? ¡Es todo un espectáculo!
 Ayer fueron a verla, pero llegaron tarde, salieron de aquí a las cinco y para cuando llegaron ya se había puesto el sol.
En ese momento me dí cuenta de que el indicio que esperaba ver a mediodía, se iba a producir al ocaso. Mirando el reloj, vi que aún estaba a tiempo para ver la puesta del sol, nos despedimos y encaminé mis pasos a "Peñas Lenguas".
Cuando llegué pasaba un poco de las cinco y para mi sorpresa había dos mujeres en el lugar. Nuestra intención era la misma y no estábamos allí por casualidad. Habíamos recibido la información por distintas fuentes pero el fin era el mismo: ¡Ver la puesta de sol!
Aunque las cosas no pintaban nada bien,la zona por la que se tenía que poner el sol estaba cubierta por una gran nube oscura, que no presagiaba nada bueno.
El tiempo fue pasando rápidamente, pero el sol no podía atravesar la espesa capa de nubes.
Las cinco y veinticinco, intuíamos que el sol estaba llegando al horizonte, pero nos íbamos a quedar sin ver nada.

Las cinco y veintiocho, un rayo de sol se cuela entre la espesa capa de nubes, la sonrisa regresa a nuestros rostros.¡ Aún podemos verlo!
Las cinco y media, justo cuando el sol toca el horizonte, se abre un pequeño claro y.... ¡ Que maravilla! El sol entra perpendicular entre los menhires, la roca se enciende y prolonga su sombra metros y metros.

Estamos nerviosos, el espectáculo nos sobrepasa ,buscamos los mejores  ángulos para obtener la mejor foto. Ahora miramos al sol ahora a la sombra.
Las sombras en el momento álgido alcanzan la cima de un pequeño promontorio, situado a unos cien metros mas o menos ,como se aprecia en la fotografía.

El sol se pone y nuestros ánimos tratan de volver a la normalidad. Han sido cuatro minutos de una intensidad increíble. Casi a oscuras y más calmados nos despedimos hasta otra ocasión, antes del adiós definitivo una de las mujeres me hizo una confidencia que me dejó perplejo. Se marcharon y allí me quedé solo dando vueltas, pensando en lo que me había comentado.
Contento e ilusionado me encaminé a casa.

P.D.
Una vez haya cotejado la información que me dio la publicaré junto con algunas curiosidades.