martes, 9 de mayo de 2023

LOS MOLINOS

 En lo más profundo y estrecho del valle del rio Ciruelos se escondían hasta hace poco los restos de varios molinos harineros.                                                                                                                              Aunque era conocida la ubicación de los molinos, en Castrillo el termino lo conocemos como "Siete Molinos" y en Moncalvillo como "Los Molinos," dada la estrechez del valle y la espesa vegetación de la zona muy pocos nos aventuramos por su interior.                                                                                De chavales veníamos mucho a esta zona a recoger avellanas, pero las recogíamos desde el camino y nunca nos adentramos entre la maraña de zarzas, vergas, avellanos y de toda la flora que os podáis imaginar.                                                                                                                                                    En el año 2015 hice una incursión por esta zona y ... Sorpresa... Localicé un molino.


            Foto  tomada en junio del año 2015.

Y con ello me di por satisfecho, pese a haber recorrido un trozo de río bastante largo  y las muchas dificultades que encontré para avanzar por un lugar con tanta maleza.                                                         No hace mucho me comentaron que un grupo de personas Moncalvillo estaban desbrozando esta zona y que había quedado muy bien. A la primera ocasión que tuve se lo comente a mi primo y hacia allí nos encaminamos. El paseo es una maravilla tanto desde Moncalvillo como desde Castrillo puesto que los molinos se encuentran en un punto intermedio entre ambos pueblos.

En el camino encontramos un mojón de piedras y por allí nos adentramos en busca del río. Sin llegar al fondo encontramos los primeros  restos de un molino.

                                  Socaz o lugar  por donde se devuelve el agua al curso del río.

La zona esta limpia de maleza y se anda con cierta comodidad. Intentamos seguir el curso del río contracorriente pero nos fue imposible, este era el primer molino que habían dejado a la vista.

                                                    Entrada del agua en el molino

La entrada del agua al molino es a través de un gran embudo excavado en una roca de una sola pieza,
 ¡ Precioso y muy curioso! Este tipo de molinos es conocidos como molinos de cubo pues en este embudo el agua coge presión y al salir por el bocín, que es el agujero del fondo golpea con fuerza los alabes del rodezno y la piedra volandera comienza a moler.

                                                Interior del cubo y al fondo el bocín.


                                      Bocín, el agua desde aquí hacía girar el rodezno.


                                 Este  arco de medio punto es que localicé en el año 2015

                                                          Piedra de moler

                                                Muros de  uno de los molinos.

Los molinos eran de pequeñas dimensiones,  la planta inferior destinada a la circulación del agua y la superior donde se encontraban las muelas y el molino propiamente dicho. Al ser tan pequeños posiblemente no tendrían ni ventanas y las viviendas de los molineros se encontrarían en otro lugar.



Estos molinos de cubo se usaban en lugares donde la corriente de agua no era muy estable o por el contrario no era abundante y con el sistema del embudo ganaban la suficiente presión para mover las piedras.



Desconozco la antigüedad de estos molino pero hay algo al respecto en internet cuanto menos curioso.  El catastro del marqués de la Ensenada dice así: "En la villa de Moncalvillo, partido de Aranda a tres días  delmes deMaio demilsetecientoscincuenta y tres.  Aladezima septima pregunta diseron que en el termino desta villa ai nueve molinos arineros de una muela cada uno que pertenecen y administran por sí."


Hay otro documento, un poco más moderno, que también hace referencia a ellos. Se trata  de una Real Celula fechada el seis de julio de 1803 y dice así:  " Como a cosa de doscientos pasos por encima del pueblo, tiene su nacimiento un arroyo con titulo (entre los naturales) de río de la Cerradilla. Corre este del mediodía al norte hasta exaguar a dos leguas de distancia en el río Arlanza. Pasando por medio de la población, al que se juntan tres caudalosas fuentes que manan en el mismo pueblo, con cuyas aguas muelen ocho  ruedas de molino y quatro batanes que sirven para pisar elsayal que se estila en el pais.







  


jueves, 8 de noviembre de 2018

DEVINTAS FORTAS. Fuerte Noveno

Fortaleza situada en el noroeste de la ciudad de Kaunas, construida bajo la tutela del imperio ruso a principios del siglo XX ya estaba operativa al comenzar las primera guerra mundial.



Formaba parte de un entramado defensivo constituido por varias fortalezas que rodeaban kaunas, esta que nos ocupa es la novena.
A excepción del patio toda su estructura se haya bajo tierra, edificios de una o dos plantas unidos por corredores y galerías.



Desde el año 1924 sirvió de prisión, correccional y campo de trabajos forzados.
A su alrededor cuenta con cien hectáreas de terrenos agrícolas que eran trabajados por los prisioneros.



Durante la ocupación soviética en los años 1940 y 1941 fue utilizado por la NKVD (comisariado del pueblo para asuntos internos) como prisión para presos políticos en transito hacia los campos siberianos del Gulag.



Todo lo que se muestra al publico se encuentra en su estado original tanto mobiliario como suelos y paredes, hasta el alumbrado es el originario.




Celda de castigo
Escena cotidiana en el fuerte


Literas comunitarias

Durante la ocupación nazi se convirtió en campo de concentración y exterminio.




La gestapo seleccionó 10.000 judíos en el pequeño gheto de Kaunas, personas enfermas, otras físicamente dediles y ancianos. Familias enteras fueron arrastradas hasta el fuerte donde fueron fusilados en sus enormes fosos. La primera saca se produjo el 4 de octubre de 1941.




Aunque la masacre masiva tuvo lugar días después, el 29 de octubre la gestapo volvió al gheto y contra su voluntad trasladó a miles de judíos hasta Devintas Fortas donde fueron fusilados inmediatamente. La masacre duró durante todo el día hasta el anochecer.
Según el informe alemán ese día fueron asesinados 2.007 hombres, 2.920 mujeres y 4.273 niños.



Ropas de los presos


Recreación de una habitación en el gheto
Poco menos de un mes más tarde, entre los días 24 y 29 de noviembre, llegaron a Devintas Fortas cuatro trenes procedentes de Alemania cargados con 4.934 judíos que fueron ejecutados con urgencia.


Paredón de fusilamiento



Hasta aquí llegó también el 15 de mayo de 1944 un convoy cargado de judíos franceses procedentes del campo de internamiento de Drancy, situado al norte de París. Su destino originario era Tallin en Estonia, pero el azar quiso que esta fuera su parada final. 600 hombres fueron bajados del tren, un grupo partió  para trabajar en las turberas de Provieniskies y otro quedó en el fuerte. Estos últimos encontraron la muerte con rapidez.



En total cerca de 50.000 personas se encontraron con la muerte en Devintas Fortas o Fortaleza de la Muerte como también es conocida.


Camino de la muerte
Poco antes de finalizar la segunda guerra mundial los alemanes utilizaron escuadrones de judíos para abrir las fosas comunes que ocupaban todos los campos de alrededor del fuerte y quemar los cadáveres. Conocidos como los quemadores de cadáveres, su misión consistía en eliminar las huellas de las atrocidades alemanas. Por orden directa de Himmler los judíos tuvieron que desenterrar los cuerpos de las fosas comunes para incinerarlos a continuación. Los huesos fueron molidos para borrar las huellas de la masacre llevada acabo en este lugar.



En 1958 se inició como museo y al año siguiente se inauguró la primera exposición en memoria de los crímenes que se produjeron en este lugar.


Monumento erigido en 1984 en recuerdo de las víctimas
  En la actualidad alberga un museo  y un colosal monumento en memoria de las víctimas de este holocausto.



¡Estremecedor!

martes, 28 de noviembre de 2017

Cueva de Fuentemolinos.

Situada en el precioso pueblo de Puras de Villafranca a tiro de piedra de Belorado.
Nos acercamos al edificio de recepción donde nos pertrechamos de todo lo necesario para acceder al interior de la galería con todas las garantías. Buzo, botas de goma, guantes, arnés de seguridad y casco con luz frontal. Una vez equipados el guía nos dicta unas normas básicas de seguridad sobre cual debe ser nuestro comportamiento en el interior de la galería y así disfrutar plenamente de la actividad.


Nos acercamos a la entrada, no más que una gatera, donde hay que entrar de rodillas.



Los  primeros metros se hacen gateando y los siguientes seis u ocho arrastras, después  ya se puede caminar aunque un poco encorvado.


Hemos alcanzado la corriente subterránea por la que transitaremos hasta que accedamos al segundo nivel.
La galería se ensancha y esperamos a estar todos reunidos para continuar el avance. A partir de aquí es un deleite para los sentidos, sobre todo para la vista.



















El guía va dando nombre a cada una de las formaciones que nos encontramos y explicando su posible formación, apunta datos geológicos e históricos dando empaque a la visita. Como sacamuelas no tiene precio, menudo tío, no calla. Ha conseguido que el ambiente sea distendido y no nos preocupemos más que de disfrutar.







Llegados a un punto determinado nos propone un juego, apagar las luces y permanecer un minuto en silencio. Pero antes nos hace ver lo vulnerables que somos y la dependencia que tenemos de una cosa tan sencilla como es la luz.




Nos comenta que en el hipotético caso de quedarnos a oscuras nuestras posibilidades de encontrar la salida serían nulas, en oscuridad absoluta perderíamos  las referencias en pocos minutos y vagaríamos sin rumbo.
Apagamos las luces y la mayor certeza que teníamos, la dirección de la corriente de agua, se difumina.
Escuchamos el ruido de la corriente, pero es igual cuando se acerca que cuando se aleja, para salir de dudas metemos la mano en la corriente y... ¡Fiasco total! No se aprecia la corriente, simplemente notamos frío.


A oscuras guardamos un momento en silencio, impresiona, solamente oímos el sonido del agua y aunque estamos diecinueve personas en menos de veinte metros cuadrados la sensación de soledad es estremecedora.


Toca subir a la segunda galería y salvar un desnivel de diez o doce metros escalando. Como lo tienen todo previsto y cuentan con que la mayoría de los visitantes no tenemos ni idea de escalada, lo hacen todo ellos, solamente te tienes que preocupar de enganchar una cuerda del arnés y ellos se encargan de subirte y bajarte.






La segunda galería es más estrecha y por ella no discurre  agua, aunque las formaciones geológicas son igualmente fantásticas.








Hemos alcanzado el final de la galería, "fotitos" de grupo y media vuelta. Ahora nos toca desandar lo andado y poco a poco nos vamos acercando a la gatera por la que hemos entrado.




Cuando salimos al exterior nos miramos unos a otros con extrañeza, estamos  mojados, el buzo, las botas y los guantes llenos de barro y el casco nos ha librado de varios coscorrones, pero hemos disfrutado. ¡Vaya si hemos disfrutado!
Hemos estado tres horas en el interior y se han pasado muy rápidas. Por increíble que parezca en este tiempo no hemos tenido comunicación con el exterior y nadie hemos echado en falta el móvil, cosa inaudita. Puede ser un tema a estudiar en profundidad. 
¡La experiencia ha sido fabulosa!